Llegué al barrio y al IES Alfonso X el Sabio en 1989 y, finalizado ese curso, decidí comprarme aquí la casa. Siempre he dicho que fueron los alumnos que tuve ese primer año los que hicieron que tomara la decisión de quedarme; eran jóvenes sanos, sencillos, disciplinados y trabajadores e hicieron que disfrutara de mi trabajo. Y así ha seguido siendo en los 35 años que he permanecido en el centro.
A eso se han sumado los compañeros con los que he tenido la inmensa suerte de compartir la docencia, algunos ya antiguos alumnos; no tengo la sensación de haber hecho nada extraordinario para recibir las muestras de cariño y respeto que me han dado. Huyendo de los tópicos he de decir que he sentido el centro como si fuera mi casa y a profesores, alumnos, personal laboral y AMPA como mi familia.
Siempre he dicho que, para mí, este es el mejor barrio de Toledo y en el que más iniciativas se pueden llevar a cabo. El hecho que haya cinco centros de Primaria, dos de Educación Especial y dos IES facilita los proyectos educativos. Una muestra de ello ha sido el éxito de las Olimpiadas Escolares del barrio. Cuando los representantes de Intermediación vinieron al Alfonso X para proponernos diseñar una actividad de carácter inclusivo para el barrio, nuestro departamento de Educación Física propuso el formato actual, con una condición: que se implicaran todos los centros educativos. Eso no supuso ningún problema porque los maestros, algunos de los cuales habían sido alumnos del Alfonso X, asumieron de buen grado la iniciativa. Aprovecho para agradecerles el sencillo reconocimiento que me hicieron por mi jubilación en la última edición. Es un orgullo saber que la iniciativa no solo sigue adelante, sino que se ha comenzado a trasladar a otros barrios de la ciudad.
Desde el departamento de Educación Física hemos propuesto actividades deportivas para desarrollarlas junto con el IES Juanelo Turriano y el Princesa Galiana; al fin y al cabo, los alumnos de los dos centros del barrio se conocen y son esas jornadas se pretende fomentar ese hermanamiento; la relación de amistad entre profesores responsables ha facilitado su realización. Deseo que también siga adelante esa iniciativa.
No quiero olvidarme del personal del Patronato Deportivo Municipal, que siempre nos ha dado facilidades cediéndonos sus instalaciones para poder llevar a buen puerto estas actividades y las realizadas en nuestras clases de Educación Física.
Y, por último, un nombre propio, mi compañero Rafa Echevarría, una persona prudente, sensata, comprometida y sencilla, siempre sonriendo, aunque pareciera serio, que en multitud de ocasiones ha querido permanecer en un segundo plano pero que ha mantenido el excelente funcionamiento del departamento de Educación Física cuando no hemos estado juntos. No hubiera querido tener a nadie mejor a mi lado en todos estos años.
A la Familia del Alfonso, compañeros, alumnos y ex alumnos: he de agradeceros el cariño que me habéis mostrado en mi despedida. No puedo dejar de recordar algunas situaciones entrañables como la del homenaje en vida que hicieron Carlos Montero y Santiago Glez. Quevedo, Maestros de Judo y alumnos del Alfonso X, a su profesor Ángel Alonso, vecino del barrio, cuando ya estaba muy incapacitado físicamente, pero con la cabeza en perfectas condiciones. Disfrutó enormemente ese día. Poco tiempo después falleció y en el Tanatorio le dije a su hijo: “debes estar orgulloso, tu padre recibió en vida el homenaje que se merecía”
Como dije antes, no tengo la sensación de haber hecho nada extraordinario, he disfrutado de mi trabajo, la docencia, dónde y cómo he querido y encima me homenajeáis con el cariño y respeto que me llevo.
¡¡¡GRACIAS A TODOS!!!
José Antonio Díaz-Rincón
Profesor de Ed. Física del IES Alfonso X el Sabio.
