En la final de los 3.000 metros obstáculos de los Juegos Olímpicos de París 2024, Irene Sánchez-Escribano ha dejado una marca imborrable para el atletismo español. La toledana cruzó la línea de meta en la undécima posición con un tiempo de 9:10.43, una actuación que no solo superó su récord personal anterior en casi siete segundos, sino que también estuvo a punto de alcanzar el récord nacional de Marta Domínguez (9:09.39). Este logro representa un hito significativo en la carrera de Sánchez-Escribano, quien previamente se vio impedida de competir en los Juegos Olímpicos de Tokio debido a una lesión de último momento.
Sánchez-Escribano fue la única representante española en la sesión vespertina de atletismo en el Stade de France, donde demostró una determinación y espíritu competitivo admirables. Desde el inicio de la carrera, mantuvo su estrategia característica de comenzar en la retaguardia, mientras las líderes como la keniana Beatrice Chepkoech imprimían un ritmo desafiante desde el principio. Conforme avanzaba la prueba, siete atletas destacadas se despegaron del resto del grupo, entre ellas la defensora del título, Peruth Chemutai de Uganda, y la eventual ganadora, Winfred Yavi de Bahrein.
El clímax de la competencia llegó en la última vuelta, cuando Yavi y Chemutai se enfrentaron en un emocionante sprint final. A pesar del esfuerzo y la mejora notable de Sánchez-Escribano, quien mantuvo un ritmo constante a lo largo de la carrera, las posiciones de liderazgo se definieron entre las atletas africanas. Yavi se alzó con la medalla de oro y estableció un nuevo récord olímpico con un tiempo de 8:52.76, mientras Chemutai se conformó con la plata y Faith Cherotich de Kenia se llevó el bronce con un tiempo de 8:55.15.
En medio de la efervescencia del Estadio de San Denis, Irene Sánchez-Escribano recibió el reconocimiento por su desempeño excepcional. Entregó una actuación que no solo superó las expectativas, sino que también inspiró a los espectadores con su tenacidad y dedicación. Como discípula de Antonio Serrano, ha forjado un camino de perseverancia y excelencia que la convierten en un modelo a seguir para las futuras generaciones de atletas femeninas en Toledo y más allá.
En Toledo, ciudad natal de Sánchez-Escribano, la comunidad se enorgullece profundamente de su logro. Ella no solo representa con honor y distinción a su localidad, sino que también encarna el espíritu de superación y la capacidad de enfrentar desafíos con determinación y coraje. Su actuación en París 2024 no solo deja huella en la historia del deporte español, sino que también eleva el perfil del atletismo femenino y consolida su lugar como un ícono del deporte en la región.