El CF Polígono afrontaba este partido con la necesidad imperiosa de sumar tres puntos para escapar de la zona baja de la clasificación. Los jugadores de Jorge Vega lo sabían y salieron al campo con intensidad, dominando al CD Quintanar durante la primera mitad. Los visitantes, más reservados, esperaban su oportunidad al contragolpe, pero el esfuerzo de los locales tuvo su recompensa justo antes del descanso. En el minuto 45, Diego logró abrir el marcador con un gol que encendió la esperanza en el equipo y en los pocos aficionados presentes en el estadio.
Sin embargo, la segunda parte fue un calvario para el Polígono. La historia se repitió y el equipo mostró su peor versión en los segundos tiempos, algo que ya se ha convertido en una preocupante constante. El Quintanar olió la sangre y dio un paso adelante, encontrando los espacios que los locales dejaban al intentar sostener el resultado. El empate llegó en el minuto 69 gracias a Raúl, y en cuestión de minutos el partido se les escapó de las manos: Óscar hizo el 1-2 en el 71, y Kolo sentenció con el 1-3 en el 76.
Fueron diez minutos fatales, un desplome total que dejó sin reacción al equipo de Jorge Vega. Los cambios no lograron aportar la energía ni la rebeldía que el entrenador buscaba, y el partido entró en una fase en la que el Polígono quiso, pero no pudo. Los jugadores, abatidos, intentaron recortar distancias, pero el daño ya estaba hecho. El pitido final dejó una sensación de impotencia y desilusión en un equipo que ve cómo la permanencia se convierte en una misión casi imposible.
Más allá del resultado, otro factor jugó en contra del Polígono: la falta de apoyo desde la grada. La fría mañana desmotivó a la afición, y la ausencia de seguidores se notó en el ánimo de los jugadores. En un barrio con casi 25.000 habitantes, es frustrante ver un estadio vacío cuando más se necesita el aliento del público.
Si el equipo quiere salir adelante, necesita que su gente esté con ellos en las buenas y en las malas.
El próximo partido contra el CD Villa será otro desafío complicado, ya que su rival viene con confianza tras ganar al CD Yuncos y luchará por meterse en la promoción de ascenso. Pese a la difícil situación, es momento de que el equipo se levante y siga peleando hasta el final.
¡Ánimo a los jugadores, al cuerpo técnico y a la directiva! Todavía queda fútbol por jugar, y mientras haya vida, hay esperanza.
