Cinco excursiones por la provincia de Toledo que te permitirán perderte y divertirte. !Vámonos!
1. El Greco de Illescas
Illescas es un pueblo que debes visitar en tu viaje por la provincia de Toledo si te gusta la historia y la cultura.
El yacimiento de El Cerrón y otros vestigios arqueológicos que aún se pueden encontrar en la villa dan fe de la rica historia de este pequeño pueblo, que se remonta a la época celtibérica. La Puerta de Ugena de Alfonso VI, la única que queda en pie de las cinco puertas que custodiaban la villa durante la Reconquista, es uno de los lugares más importantes que ver en Illescas. Fue construido en el siglo XII. Con sus calles estrechas y sinuosas, la riqueza histórica de la villa medieval se puede apreciar paseando por el corazón del municipio.
El Hospital-Santuario de Nuestra Señora de la Caridad, monumento donde se pueden contemplar cinco magníficas obras de El Greco, es lo más inesperado de Illescas. Estas pinturas son un ejemplo de la habilidad del artista y fueron realizadas por él en 1603 como parte de la decoración del santuario.
La Iglesia de la Asunción, una estructura del siglo XIII declarada Bien de Interés Cultural, se encuentra a pocos metros. La iglesia tiene una magnífica torre mudéjar de seis cuerpos que es una auténtica joya arquitectónica.
Pueblo lleno de encanto y con un patrimonio cultural excepcional, Illescas es el destino ideal para los amantes de la historia y el arte.
2. El gran cañón toledano en Burujón
El municipio de Burujón, que se encuentra en la comarca de Torrijos, es una joya escondida en la provincia de Toledo. Aunque solo tiene un millar de habitantes, las Barrancas de Calaña y Castrejón, también conocido como el Gran Cañón Toledo (español), que se extiende por una gran área entre Albarreal de Tajo, Burujón y La Puebla de Montalbán, son un ejemplo impresionante de la grandeza de la ciudad. Este sorprendente paisaje natural es el resultado de la erosión hídrica y eólica del río Tajo, que esculpió caprichosas formas en los sedimentos de hace 25 millones de años. Este espacio natural protegido también tiene la categoría de Monumento Natural, lo que destaca su excepcional valor ecológico y paisajístico.
Pero no todo en Burujón es natural. La ermita de San Pantaleón, de estilo mudéjar y que destaca por su elegancia y sobriedad, se encuentra en la localidad y constituye un importante hito histórico. Además, no debes perderte el Palacio de los Condes de Cifuentes, que fue construido a mediados del siglo XIX y es un máximo exponente de la arquitectura de vanguardia. Por supuesto, también debe visitar la Iglesia de San Pedro Apóstol, una estructura notable con características arquitectónicas intrigantes.
Por todo esto, Burujón es un gran lugar para visitar si quieres disfrutar del aire libre, así como de la historia y la arquitectura.
3. Los molinos de Tembleque
Tembleque de La Mancha, un pequeño pueblo, es una joya escondida. El punto focal de la ciudad y la mejor ilustración de cómo estas áreas alguna vez fueron utilizadas como un centro social y cultural es su plaza principal, que fue construida en estilo barroco popular en el siglo XVII. Actualmente, es un lugar hermoso e históricamente significativo que atrae a turistas de todo el mundo.
Es como viajar en el tiempo para pasear por las calles de Tembleque. Las características distintivas de la casa (paredes encaladas y pisos de adoquín) lo transportan a una época pasada. Obra maestra de la arquitectura gótica y renacentista, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción merece una visita. La ermita de Veracruz, que fue construida en 1762 y ahora sirve como biblioteca de la ciudad, es otro lugar para visitar.
Sin embargo, no está limitado a permanecer en el centro de Tembleque. El pueblo tiene sus propios molinos de viento en las afueras, lo que realza aún más la belleza del entorno. Además, puedes viajar desde Tembleque en rutas de senderismo y ciclismo para explorar el esplendor natural de La Mancha.
No te puedes perder la localidad manchega de Tembleque. Para aquellos que buscan un lugar auténtico y encantador, su historia, cultura y belleza natural lo convierten en el destino ideal.
4. Naturaleza en Cabañeros
El Parque Nacional de Cabañeros es un auténtico paraíso natural que no puedes perderte si eres un amante de la naturaleza. Situado entre las provincias de Ciudad Real y Toledo, es un espacio protegido que se puede recorrer tanto a pie como en vehículos 4×4. Si optas por la primera opción, podrás realizar rutas senderistas por libre y adentrarte en su exuberante vegetación. Si, por el contrario, prefieres hacerlo en vehículo, necesitarás un guía-conductor y realizar una reserva previa para asegurarte una visita guiada inolvidable.
Este espacio natural es famoso por la gran variedad de especies faunísticas y botánicas que alberga en su interior. Al caminar por sus senderos, tendrás la oportunidad de avistar a especies tan emblemáticas como el ciervo, el corzo o el jabalí. Pero no solo eso, también podrás disfrutar de la belleza de grandes aves rapaces, como el águila imperial ibérica, la cigüeña negra o el buitre negro. Si eres un apasionado de la ornitología, Cabañeros es uno de los mejores lugares de Castilla La Mancha para disfrutar de ella.
Además, su peculiar geología convierte a Cabañeros en un espacio único e impresionante, que te dejará sin palabras. Sus formaciones rocosas y su exuberante vegetación, hacen que este espacio sea uno de los más singulares y atractivos de toda la región. Si te animas a visitarlo, no olvides llevar contigo una cámara para capturar todos los momentos inolvidables que vivirás en este rincón de la naturaleza.
5. Molinos de Consuegra
Sí. Lo interesante de los molinos de viento es que, gracias a Don Quijote si hay algo que hace famoso a nuestro país eso es por sus molinos de viento. Los reputados molinos de Consuegra son el tema que queremos tratar a continuación.
Un lugar que nunca deja de sorprender a un viajero es Consuegra. Aunque sus molinos de viento son sin duda su seña de identidad más conocida, esta localidad manchega esconde innumerables sorpresas para quienes se aventuran a recorrerla a fondo. Las calles de Consuegra transportan a los visitantes en el tiempo mientras aprenden sobre el pasado medieval de la ciudad. El Arco de la Villa, la Torre del Reloj y el Ayuntamiento, todos ejemplos de arquitectura renacentista, son solo algunas de las joyas arquitectónicas que esconde el casco antiguo.
El Colegio de San Gumersindo, una auténtica joya de la arquitectura mudéjar, es la única estructura que debe visitarse. Por supuesto, no se puede hablar de Consuegra sin mencionar sus molinos de viento. Contempla estos gigantes icónicos de La Mancha, algunos de los cuales se pueden visitar en su interior, mientras paseas por su cerro, y pasa una auténtica velada manchega en uno de los restaurantes situados en ellos. Además, la localidad alberga un castillo de época musulmana que está considerado como uno de los mejor conservados de la Comunidad. Consuegra es mucho más que aerogeneradores. Es una ciudad rica en cultura e historia que invita a los visitantes a explorar su pasado y disfrutar de su patrimonio arquitectónico, culinario y natural.
Una parada obligada en cualquier recorrido por La Mancha.