El barrio de Santa María de Benquerencia emerge como un foco de interés para nuevos desarrollos urbanos, respaldado por su amplia disponibilidad de suelo. Este contexto promete una potencial evolución acelerada en los próximos años, con proyecciones que apuntan a un crecimiento significativo de alrededor de 15,000 habitantes en el Polígono, lo que representa un aumento del 66% en comparación con su población actual, según datos municipales que sitúan su población en 22,669 habitantes.
El impulso hacia este crecimiento se origina en un proyecto urbanístico propuesto por cuatro empresas propietarias de terrenos ubicados al sur del Hospital Universitario, en la zona residencial meridional, al sur de Vía Tarpeya.
Estas empresas, identificadas como Construcciones Antolín García Lozoya, Creaciones Inmobiliarias, Construcciones y Promociones Hugoya, y Redil de Calabazas, han presentado un Plan de Actuación Urbanizadora (PAU) denominado 'PAU Benquerencia'.
El PAU abarcaría una extensión de 1.4 millones de metros cuadrados, divididos en nueve parcelas según el Catastro, con la intención de desarrollar un nuevo enclave residencial. Se proyecta la construcción de alrededor de 5,000 viviendas plurifamiliares, principalmente en altura, con un tamaño mínimo de 112 metros cuadrados y una estimación de tres residentes por unidad.
La presentación de esta propuesta requirió una consulta previa al Ayuntamiento, dado que los terrenos involucrados estaban catalogados como rústicos de reserva y necesitaban un cambio de uso a urbanizable para su desarrollo. A pesar de que esta consulta estaba programada para ser discutida en la comisión de Planeamiento, fue retirada del orden del día de última hora debido a "cuestiones técnicas".
La posible expansión residencial en este sector no es una novedad, ya que fue contemplada en el avance del Plan de Ordenación Municipal (POM) presentado en 2022, que identificó diez áreas potenciales de expansión para la construcción de entre 11,000 y 18,000 viviendas en total. Sin embargo, los promotores ahora buscan un aumento del 30% en la edificabilidad, lo que les permitiría construir 1,150 viviendas adicionales en una extensión de 538,670 metros cuadrados, aumentando la altura de los edificios.
Los impulsores del proyecto argumentan que en el Polígono hay escasez de suelo residencial disponible para viviendas libres, así como una oferta limitada de terrenos para viviendas protegidas. Por lo tanto, su propuesta busca alinear el desarrollo urbano con estándares de calidad, sostenibilidad y las directrices nacionales y europeas.
En este sentido, el proyecto se compromete a seguir criterios de eficiencia energética, desarrollo sostenible, accesibilidad urbana, calidad de espacios públicos y movilidad adecuada. Los promotores enfatizan que este desarrollo residencial fortalecería la conexión del barrio con su entorno natural al sur y fomentaría la revitalización de la circulación peatonal con la Fuente del Moro.
Además, se aborda el impacto en la movilidad que implicaría un aumento significativo de la población, señalando la necesidad de futuras infraestructuras planificadas pero aún no ejecutadas, como un tercer carril y conexiones entre el barrio y Azucaica. Se espera que estos desarrollos reduzcan la dependencia del transporte privado, fomentando el uso del transporte público y la bicicleta.
Los promotores también destacan la expectativa de que este proyecto modere los precios de alquiler y venta de viviendas en el barrio, actualmente afectado por la escasa oferta y el efecto del nuevo hospital en la zona.
En su visión, la construcción de 5,000 nuevas unidades ayudaría a equilibrar la oferta y la demanda, potencialmente disminuyendo los costos de la vivienda en la zona.